La agencia rebajó la calificación del país en moneda extranjera y la de la petrolera, ante el impacto del coronavirus y la caída en los precios del petróleo.
REDACCIÓN|El Financiero|Foto Cuartoscuro|Actualización 27/03/2020 – 4:50. La calificadora Standard & Poor’s redujo el jueves en un escalón la calificación soberana de México en moneda extranjera de ‘BBB+ a ‘BBB’, y la puso en perspectiva negativa, ante el impacto del coronavirus y la caída en los precios del petróleo, factores que mermarán el crecimiento de la economía.
“Prevemos un impacto pronunciado sobre la economía mexicana derivado de la combinación de shocks del Covid-19 y de la caída en los precios internacionales del petróleo”, apuntó la calificadora.
La agencia también recortó la nota crediticia de Pemex, a ‘BBB’, lo que refleja la estrecha relación con la nota soberana y el seguro respaldo del gobierno a la empresa en caso de dificultades financieras. En ambos casos están a dos escalones del grado especulativo.
Además, revisó a la baja su perfil de crédito independiente en Pemex a ‘ccc +’ desde ‘b-‘.
“Los precios más bajos del petróleo previstos para los próximos dos años pondrán en peligro la ejecución del plan de negocios de Pemex, debido a que un flujo de efectivo más débil limitará la capacidad de financiar completamente sus necesidades de inversión de capital», dijo la firma en el documento en el que anunció la rebaja.
Del 26 de febrero al 26 de marzo, la mezcla ha caído 66.24 por ciento, al pasar de 43.46 dólares por barril a 14.67.
“En este contexto, vemos un espacio limitado para que Pemex mejore sus métricas crediticias, muy débiles en el corto plazo. Además, las bajas perspectivas de generación de flujo de efectivo y un periodo prolongado de condiciones financieras adversas podrían ajustar gradualmente la liquidez de la compañía”, agregó.
Añadió que la perspectiva es negativa e implica riesgos de otra baja de calificación durante los siguientes 12 a 24 meses si hay una ejecución ineficaz de políticas, un debilitamiento de las finanzas públicas o mayores pasivos contingentes fuera del presupuesto.
‘BBB’
Significa que el deudor tiene la capacidad para cumplir con sus compromisos financieros, según S&P. Sin embargo, las condiciones económicas adversas o las circunstancias cambiantes tienen mayor probabilidad de debilitar la capacidad emisor para cumplir con sus compromisos financieros.
‘CCC’
Se da cuando un deudor es actualmente vulnerable en relación con otros deudores nacionales y depende de condiciones comerciales y financieras favorables para cumplir con sus compromisos financieros.
La baja en la calificación de Pemex ya era anticipada por los analistas, principalmente por la decisión del gobierno actual en cuanto a la política energética, que deja de lado la inversión privada y prioriza la participación de Pemex y algunos proyectos como la refinería Dos Bocas.
“Esperábamos esta acción, debido al choque económico del coronavirus, a la caída del precio del petróleo y todo lo que está pasando alrededor del mundo, dijo Marco Oviedo, jefe de investigación Económica para América Latina de Barclays.
Ernesto O’Farrill, presidente de Bursamétrica, consideró que esta baja fue bondadosa, pues considera que las decisiones del gobierno han sido erráticas, aunado a la actual problemática del coronavirus y la baja en los precios del crudo.
“La coincidencia de las tres circunstancias que le pegan a la economía y a la confianza, que son la recesión global por el Covid-19, la guerra petrolera y las decisiones de política económica erráticas, desde la cancelación del aeropuerto, los gasoductos y recientemente lo de Constellation Brands, (…) mi apreciación sería que la degradación fue bondadosa”, dijo.
“El gobierno no ha sido capaz de generar un ambiente de confianza para los inversionistas en el sector energético. Los argumentos (de la baja) es el costo que genera el respaldo a Pemex a las finanzas públicas y el hecho de que el gobierno no ha sido capaz de atraer inversión al sector”, opinó Arturo Carranza, analista del sector.
“El contexto actual ha puesto en evidencia las debilidades del programa (que ha diseñado el gobierno federal) y el apoyo a Pemex, el costo de seguir con proyectos que se han dicho no son rentables y no invertir en exploración y producción, invertir en la refinería, enfocándose en producción por volumen en lugar de rentabilidad”, coincide Adrián Calcaneo, de IHS Markit.
Carlos González Tabares, director de análisis y estrategia bursátil de Monex, comentó que la preocupación está en que Moody’s también reduzca la calificación de la empresa productiva del estado, lo que llevaría a la petrolera a grado de ‘bonos basura’.
“Standard and Poor’s considera que Pemex y el soberano son prácticamente lo mismo, a diferencia de las otras calificadoras (…) lo más importante será lo que diga Moody’s; sin embargo, es muy probable que también revisen la calificación, tanto del soberano como de Pemex, la mala noticia ahí es que, si Moody’s reduce la calificación de Pemex, prácticamente estará llevando a Pemex a bonos chatarra”.
En tanto, Alexis Milo, economista jefe de HSBC, dijo que históricamente S&P mantiene la misma calificación para el soberano que para Pemex, por lo que la baja en la calificación de la compañía sólo era cuestión de horas. “No es sorpresa”.
S&P estimó una caída de 2.2 por ciento en el PIB del presente año, y una recuperación moderada hacia delante, que refleja, en parte, la incapacidad del gobierno para mejorar la confianza del sector privado y la dinámica de inversión.
Analistas esperan una contracción económica de México este año. El consenso es de -3 por ciento, aunque algunas estimaciones son de una caída superior al 5 por ciento.
Con información de Diana Nava y Guillermo Castañares